Augusta Foss de Heindel

sábado, 30 de octubre de 2010

LAS GLÁNDULAS ENDOCRINAS - INTRODUCCIÓN - en you tube -


ASTROLOGÍA Y GLÁNDULAS ENDOCRINAS

La Astrología fue una de las siete ciencias sagradas cultivadas por los iniciados del mundo antiguo. Fue estudiada y practicada por todas las grandes naciones de la antigüedad. Los orígenes de la especulación astrológica se obscurecen enteramente en la noche de los tiempos que precedieron al amanecer de la historia. Hay tradiciones que afirman que la ciencia astrológica fue perfeccionada por los magos-filósofos del Período Atlante. Una cosa es evidente, la Astrología surge en esta época actual, adornada con los descubrimientos y los agregados de miles de culturas. La historia de la Astrología es, de hecho, una historia de pensamientos y aspiraciones humanas. Las lecturas de los planetas, como se hacían en las tablas cuneiformes de Sargon, todavía son utilizadas por los astrólogos de esta generación.

Solo ante nuevos estándares culturales se hacían modificaciones y cambios.

Al comienzo del período histórico, se han reconocido dos escuelas de Astrología bien diferentes. Con el declive del clericalismo a finales de la civilización Atlante y comienzo de la época Aria y la profanación de sus misterios, las que hoy llamamos ciencias fueron separadas de la misma genealogía de tradiciones religiosas. La Astrología y la Medicina fueron las primeras en establecer instituciones independientes.

Los sacerdotes de las religiones de estado ya no ejercitaban más un monopolio sobre las artes proféticas y medicinales. Comenzando con Hipócrates, las nuevas cofradías de terapeutas y sanadores se mostraron enteramente ignorantes de la unidad fundamental, de la identidad de las ciencias espirituales y físicas.

La división del aprendizaje esencial en competitivo, o por lo menos no cooperativo, destruyó la síntesis del conocimiento. Frustrada por la división y la discordia, la estructura entera de la educación se rompió en innumerables piezas disímiles. La ciencia de la medicina separada de su fuente espiritual, derivó en la curandería y los actos sanguinarios de las Edades Oscuras, una condición tan lamentable que el hermético Paracelso opinó que, "afortunado es el hombre a quien el médico no le mata”. Así mismo, la Astrología fue corrompida en las predicciones del horóscopo. Divorciada de su propósito divino, siguió realizando una labor sin entusiasmo e insustancial que consistió en su mayor parte de predicciones calamitosas.

Un grupo pequeño de hombres instruidos e iluminados preservaron los secretos esotéricos de la medicina y de la Astrología de las supersticiones de la llamada Edad Media. De tal estatura mental eran los Rosacruces que honraban a Paracelso como uno de sus jefes de igual ideal. A través de Paracelso y de la Rosa Cruz, los secretos espirituales de la naturaleza fueron restaurados a un nivel fundamental de aprendizaje. El conocimiento fue interpretado místicamente y las ciencias profanas fueron reflejadas simplemente como formas externas de los misterios internos. Los secretos de la interpretación mística fueron ocultados al vulgo y dados solamente a los que anhelaron las cosas del espíritu. La “Teología Mística” de Dionisio el Areopagita, se convirtió en el libro de textos de un número siempre creciente de hombres y mujeres devotos y amantes de Dios que observaban en todas los formas e instituciones externas las sombras y las semblanzas de la verdad interna.

El mundo moderno que sacrificó tanto para el derecho de pensar, ha crecido en sabiduría por su propio engreimiento. Los educadores han ignorado todos esos valores espirituales que constituyen los ingredientes más preciados del compuesto químico que llamamos civilización.

La ciencia material se ha convertido en una institución orgullosa, en un ensamble de pedagogos y demagogos. No hay lugar para el misticismo en los cánones de la escolaridad. Hipnotizados por la extraña fascinación que la materia ejercía sobre el materialista, los investigadores modernos se olvidaron del alma, esa realidad invisible sobre
la cual las ilusiones del mundo se sustentan.

Fue Lord Bacon quien dijo, "un conocimiento pobre inclina a las mentes de los hombres hacia el ateismo, mas la grandeza del conocimiento atrae a las mentes de los hombres de regreso a Dios”. Esta cita maravillosa expresa el tiempo de la edad moderna. Un mundo desilusionado entristecido por el fracaso de las cosas materiales está reclamando una vez más, esas verdades místicas que, de por sí, expliquen y satisfagan. La vuelta al misticismo trae consigo un nuevo interés en la Astrología y la curación.

El misticismo trae consigo una nueva manera de interpretación.
Para revitalizar las demandas exigentes de una interpretación mística, todas las ramas del saber deben ser purificadas y modificadas. Para el místico, la Astrología no es solo predicción o dar consejos, es una llave a las verdades espirituales que son abordadas filosóficamente.

Aunque la ciencia ha clasificado, ha tabulado y ha nombrado todas las partes y funciones del cuerpo, no puede describir o explicar quien es el hombre, de donde él vino, porqué él está aquí, o dónde va.

Los Iniciados de la antigüedad estaban preocupados por el hombre en su aspecto universal o cósmico. Antes de que una persona pudiese vivir bien, ésta debía orientarse, saber en parte, por lo menos, su plan de vida. Con este conocimiento podía entonces cooperar con "el plan"; la vida filosófica recomendada por Pitágoras era simplemente conocer y vivir en la verdad.

Los científicos que buscan la causa de aquellas energías que motivan y sostienen el mundo, han decidido por un proceso de eliminación que estas causas deban permanecer en una estructura subjetiva del universo, en la esfera invisible de las vibraciones. La suposición moderna es atribuir a las vibraciones todo lo que no se puede explicar de ninguna otra manera. Desde el momento que reconocemos que el universo se sustenta por una energía invisible que se manifiesta por la ley de la vibración, la física se convierte en superfísica, la fisiología se convierte en psicología, y la astronomía se convierte en Astrología. La Astrología no es nada más ni menos que el estudio de los cuerpos divinos en los términos de las energías que irradian de ellas más que una simple observación de su aspecto y construcción.

El Rosacrucismo original sostuvo una teoría desechada generalmente por los hombres de ciencia y ahora conocida como la teoría microcósmica. Paracelso era el exponente más prominente de este concepto de orden y relaciones universales. Él dijo, "como hay estrellas
en los cielos así también hay estrellas dentro del hombre, porque no hay nada en el universo que no tenga su equivalente en el microcosmos” (el cuerpo humano). En otro lugar Paracelso dice, el "hombre deriva su espíritu de las constelaciones (las estrellas fijas), su alma de los planetas, y su cuerpo de los elementos”.

Es casi imposible que un científico por más entrenado que esté, examine con una adecuada apreciación de valores toda la infinita difusión del cosmos con sus islas de galaxias e incomprensibles formaciones en el espacio inmensurable. Sin embargo, todo este boato de mundos esta dominado evidentemente por un conjunto de leyes autosuficientes.

Las células en el cuerpo del hombre son tan incontables como las estrellas del cielo. Clases incontables de cosas, de especies, de tipos, y de géneros vivos se están desarrollando en la carne, el músculo, el hueso y el tendón de la constitución corpórea del hombre.

La dignidad del microcosmos le da al científico un cierto sentido del sublimidad ante el macrocosmos. Por el uso de la Astrología es posible descubrir la interacción de fuerzas celestiales entre el macrocosmos y el microcosmos. Los centros en el cuerpo físico a través de los cuales las energías siderales ingresan, fueron descubiertos y clasificados por los antiguos griegos, los egipcios, los hindúes y los chinos.

Existe la gran oportunidad de trabajar no solo en examinar el cuerpo físico, sino también su aura, que se extiende más allá del cuerpo formando un atuendo de esplendorosa luz cósmica.

Los últimos años han atestiguado un progreso excepcional en la rama de la ciencia médica llamada Endocrinología, o el estudio de la estructura y el funcionamiento de las Glándulas Endocrinas, con investigaciones vinculadas con los métodos terapéuticos de tratar diversos
desórdenes mentales. Estas glándulas ahora se las reconocen como reguladoras de la función física, de los administradores y directores de la estructura corporal, adquiriendo no solo relevancia en las reacciones físicas, sino también en su efecto sobre la mente, la emoción, los reflejos sensoriales, y las supuestas funciones espirituales o metapsíquicas.

Casi todos los endocrinólogos admiten que la Glándula Pineal es la más difícil de entender y la más difícil de tratar. Ahora se la puede atacar tratando solamente las glándulas sobre las que actúa. Las funciones físicas de las glándulas están bastante bien clasificadas. Los médicos están dispuestos a admitir que la función de las glándulas no termina simplemente con su efecto sobre el cuerpo, mas los científicos no están preparados aún para hacer ninguna afirmación más allá del campo de la reacción material.

Por lo tanto, es especialmente significativo que con una combinación de clarividencia y Astrología se puedan examinar las Glándulas Endocrinas y descubrir elementos metafísicos en su funcionamiento.

Un clarividente moderno usa el mismo método para su trabajo que el utilizado por los sacerdotes iniciados del mundo antiguo, y como esos más viejos adeptos, hace sus contribuciones a la suma del conocimiento que son solamente descubiertos por el materialista después de siglos de experimentación laboriosa.

El trabajo que sigue es un registro espiritual de la función del Cuerpo Pituitario y la Glándula Pineal. Siento que las investigaciones continuadas por la señora Heindel son una contribución definida al tema de la Endocrinología que se debe preservar para el uso de todos los estudiantes de la medicina y de las ciencias ocultas.

Manly P. Hall.

Augusta Foss Heindel
ASTROLOGÍA Y GLÁNDULAS ENDOCRINAS
(Introducción de Manly P. Hall)


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LA ÉPOCA POLAR - en you tube -




“Y Dios creó al hombre a su propia imagen, a imagen de Dios lo
creó; macho y hembra los creó” Génesis 1:27.

En el estudio del origen del hombre y su estado prehistórico, solemos tropezar constantemente con misterios inexplicables y especialmente cuando leemos con una postura puramente materialista el Antiguo Testamento, que es la historia más maravillosa del Hombre.

Estamos inevitablemente forzados a escalar las rocas más formidables de la duda. Sin embargo, cuando leemos entre líneas o miramos al pasado con una mente abierta, entonces este libro del Génesis es una mina llena de las gemas de la más extraña clase.

En el Concepto Rosacruz del Cosmos se nos enseña que el mundo está dividido en siete diversos estados de conciencia.

Comenzando por el más denso, tenemos la materia física de la cual está hecho el cuerpo físico del hombre. Aunque no pueda ser visible con los sentidos físicos, sabemos y tenemos la prueba positiva que hay algo dentro y alrededor nuestro de una naturaleza sutil, más fina que nuestro cuerpo denso que lo interpenetra, que no podemos ver aunque lo sentimos. La electricidad es una fuerza que el hombre puede sentir pero no puede ver. Él sabe que existe la atmósfera, aun así no puede verla. Así es que podemos detectar y saber que esta sutil y rarificada vida existe. Vemos la tormenta y sentimos su fuerza. Podemos ver las gotas de lluvia mientras descienden a la tierra, y los científicos nos dicen que esta lluvia se forma por la evaporación, causando la humedad en las nubes. Sabemos que el viento sopla; sentimos su influencia refrescante. La ciencia tiene una razón para cada uno de estos cambios y explican estos fenómenos atmosféricos a través de investigaciones materialistas.

El ocultista explica estos fenómenos desde un punto de vista más elevado o espiritual, diciéndoles a los científicos que las grandes regiones invisibles de las cuales los vientos provienen están pobladas por inteligencias superiores y que esos elevados espíritus controlan los elementos; que tienen seres que llevan a cabo sus órdenes; por ejemplo, el espíritu del agua tiene sus trabajadores, las ondinas; el espíritu que controla los vientos trabaja con los silfos. Así es que tenemos los elementos que el hombre debe reconocer que existen, todos con sus líderes invisibles y trabajadores que viven en el gran universo del Dios, así es que el pobre hombre materialista que niega todo lo que no puede ver con sus ojos físicos, cuando le piden que explique estos grandes misterios, no lo puede hacer.

Ahora, según lo indicado antes, el Concepto Rosacruz del Cosmos reconoce siete mundos diferentes. ¿Cómo los llamaremos?.

No como materia, pues solo podemos reconocer como materia lo que puede ver el hombre con su vista física. Pero hay seis estados más elevados de conciencia; llamémoslos por los nombres que fueron dados por Max Heindel por los Grandes Seres que le confiaron este conocimiento:
el Mundo del Deseo, el Mundo del Pensamiento, el Mundo del Espíritu de Vida, el Mundo del Espíritu Divino, el Mundo del los Espíritus Virginales, y el Mundo de Dios. Ahora, éstos son solamente nombres y no explican las condiciones de estos estados diferentes.

Tomemos como ilustración una tetera llena de agua. Si colocamos la tetera sobre una barra de hielo, el agua comenzará a endurecerse, y en instantes tendremos agua congelada. Mas dejemos reposar esta tetera sobre una hornalla encendida y en poco tiempo el hielo se derrite y tendremos vapor que desaparece en la atmósfera y se hace invisible a nuestra vista. ¿Dónde se ha ido? A algún lugar donde los ojos incrédulos del materialista no pueden llegar, mas el ocultista puede seguir. Éste sabe que nada se pierde en el universo de Dios.

El Hombre, que es la obra más perfecta de Dios, está compuesto por cada elemento que se encuentra en estos siete grandes mundos.

Así como lo encontramos al Hombre con su cuerpo y mente compleja tan maravillosamente desarrollada no fue hecho, como erróneamente podemos interpretar en la lectura del primer capítulo del Génesis, del barro y en un día, sino que su estado actual es el resultado de años y años de crecimiento. Lo podemos seguir desde que entra en la arena de su existencia como un Espíritu Virginal, un pensamiento, una chispa del divino Padre arrojada al espacio con tal fuerza como solo Dios puede ejercer. Este pensamiento-forma tiene su nacimiento en el mundo de los Espíritus Virginales donde la llama divina comienza su largo peregrinaje por la materia, recolectando el material de cada mundo, cada vez más denso, haciéndose camino entre el mineral, el vegetal, el animal y luego por el estado humano. Dentro de esta chispa divina, se encierran todas las potencialidades del divino Padre. Como el pensamiento de un edificio generado por un hombre que gradualmente toma forma en su mente, que vuelca su plan sobre el papel y que procura el material para que el edificio pueda erigirse, así era el Pensamiento de Dios acerca de la chispa que se convertiría en un Hombre, así se hizo manifiesto, expresión del cuerpo por el que el Rey David alabó a Dios en el salmo 139, que dice, “Te alabo a ti, pues he sido increíble y maravillosamente hecho”. Paracelso dice, “El cuerpo físico por sí mismo es uno de los más grandes misterios pues en éste está contenido en estado condensado, solidificado y corpóreo la verdadera esencia de lo que formará parte de la sustancia del hombre espiritual, y éste es el secreto de la Piedra del Filósofo”.

Hay misterios en este templo humano que el hombre no puede solucionar (que ha deslumbrado a la ciencia material), y por tal solución se han sacrificado muchas vidas tanto humanas como del reino animal. Los vivisectores han comprometido sus propias almas en un esfuerzo por solucionar estos misterios. Los animales han pasado por el sufrimiento más atroz en aras de la ciencia, en un esfuerzo por arrancarles sus secretos a Dios. Pero la ciencia material puede ir más lejos cuando se enfrenta contra una pared que sus instrumentos y mentes científicas no pueden penetrar y en esto se halla desamparada.

Mas hay una sola herramienta que la ciencia no puede o no quiere reconoce y es espíritu humano. Solo el observador entrenado puede tener acceso a las regiones más elevadas, que desafortunadamente el materialista, que no puede dar una prueba material, no reconocería.

Mas debemos darle crédito por haber hecho maravillas en su lucha por dominar y entender las enfermedades humanas. La medicina material ha logrado cosas maravillosas.

Hay dos fuerzas en la naturaleza que el hombre reconoce y que identifica como existentes en cada átomo, la fuerza positiva (masculina), y la fuerza negativa (femenina). La encontramos en el metal que el hombre utiliza para generar la corriente eléctrica, el cobre, el cinc, etc. En la planta también encontramos los mismos elementos. Es más diminuto átomo en el cuerpo humano está cargado con esas dos fuerzas.

Entran en juego en su cuerpo, sin cuya combinación éste no podría mantener las partículas juntas. Aunque el hombre, con un cuerpo masculino, pueda expresarse en su cuerpo físico positivo, su cuerpo vital negativo, le permite mantener las partículas de su cuerpo físico positivo juntas. Asimismo, la mujer que se expresa en un cuerpo físico femenino negativo, se equilibra por medio un cuerpo vital positivo.

Las distintas formas y desarrollo del cuerpo humano durante la vida antenatal, son recapitulaciones de su desarrollo durante la involución.

En la Época Polar su cuerpo era globular semejante a un óvalo y también de consistencia gelatinosa. Había al principio un órgano que se proyectaba por encima de su cuerpo en forma de saco. Éste órgano era a la vez, los ojos, los oídos, o sea, el núcleo sobre el cual se construía todo el cuerpo, incluso era el vehículo a través del cual el hombre recibía la vida directamente del Padre. Hoy en día este órgano es la llamada Glándula Pineal – la Epífisis. En ese tiempo, las energías del hombre eran como las de un feto, directamente dirigidas hacia adentro con el fin de construir los futuros órganos, y como en la vida prenatal de nuestro cuerpo físico actual es dirigido y asistido por la madre, así como el hombre era asistido durante su período de involución por las Jerarquías Divinas. Se encontraba en contacto directo con los reinos superiores y no estaba consciente de su entorno físico. Mientras tanto, los ojos, los oídos y varios órganos tomaban forma en este cuerpo ovoide, mientras que la Glándula Pineal, que es hoy un misterio para la ciencia médica, tenía como única función la de comunicación con el mundo externo. Éste órgano era mucho más grande de lo que es actualmente, y desde su parte superior cónica se proyectaba un tentáculo largo, flexible y transparente que asistía la locomoción y las sensaciones, y este accesorio se puede todavía ver en el extremo pequeño de la glándula pineal. Tiene el aspecto de un pedazo pequeño de piel, cuya función discutiremos en el próximo capítulo.

Augusta Foss Heindel
ASTROLOGÍA Y GLÁNDULAS ENDOCRINAS
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EL JARDÍN DEL EDÉN - en you tube -


Según las enseñanzas de los rosacruces, la evolución y el desarrollo del hombre hasta el presente, está dividida en cinco períodos o épocas. Hemos descrito su desarrollo corporal durante la Época Polar y ahora haremos un estudio de él durante el próximo período, la Época Hiperbórea. El hombre de la época anterior era como el mineral, en la última época desarrolló un cuerpo vital y se asemejó a una planta. En el tercer periodo, o Época Lemúrica, desarrolló un cuerpo de deseos y se asemejó al animal. La tierra se estaba asentando y se había endurecido en algunos lugares y la atmósfera era densa y nebulosa. El hombre vivía entre la vegetación más densa que le protegían del intenso calor, mientras su cuerpo había crecido a un tamaño gigantesco, los brazos y las manos largas, quijadas prominentes, pero sin frente, pues el extremo superior de la cabeza llegaba donde hoy tenemos las cejas. El esqueleto estaba parcialmente formado, mas aún era de naturaleza cartilaginosa suave, el hombre aún no podía caminar derecho.

La sangre, que hasta ahora había sido fría, ahora contaba con la presencia de corpúsculos rojos que, a su tiempo, endurecieron la estructura corporal, posibilitando que el hombre caminase erguido.

Hemos alcanzado ahora el período de desarrollo del hombre registrado en el segundo capítulo del Génesis, donde el Señor le dio a Adán una compañera en la separación de los sexos. Hasta ese momento el hombre era hermafrodita, pero ahora hemos llegado al momento mencionado en la historia bíblica de Adán y Eva donde fueron botados del Jardín del Edén por sus pecados. El cambio de sexo no se logró como algunos pueden leer en el Libro del Génesis en una sola jornada, mas se produjo de a poco y en diferentes etapas. Mientras la tierra se cristalizaba, la evolución del hombre continuaba con este cambio y fue necesario que el Ego ingresase al cuerpo para controlarlo.

Para lograrlo fue necesaria la incorporación de un cerebro y una laringe, y para este propósito hizo falta que el hombre sacrificase la mitad de su fuerza creadora. Así se convirtió en una entidad individualizada, en una entidad pensante, un creador, pudiendo comenzar su trabajo con los minerales.

En esa época, el hombre estaba inconsciente del cambio de sexo y también estaba inconsciente de su entorno exterior, pues sus ojos aún no habían sido abiertos. Similar a los peces de aguas profundas o al topo, no tenía ninguna necesidad de estos órganos pues la atmósfera estaba demasiado densa y brumosa. Sin embargo, después de que la tierra fuese arrojada del sol central, la luz que provenía del interior comenzó a emitirse desde afuera, así es que, como la naturaleza provee siempre en cada necesidad, los ojos del hombre comenzaron lentamente a desarrollarse. Como el cerebro crecía por etapas, así también muchos órganos conectados con el cerebro se construían ante las demandas del hombre.

Mientras que los sexos se separaban y el hombre expresaba exteriormente solo uno de los sexos, la Glándula Pineal, que en la Época Polar, Hiperbórea y en los inicios de la Época Lemúrica, se extendía por encima de la cabeza, ahora se introducía dentro del cráneo.

Hay otro órgano minúsculo dentro del cerebro humano, el Cuerpo Pituitario, que tuvo mucha relación con su desarrollo, tanto mental como físico, que es tan importante como la Epífisis o Glándula Pineal.

El Cuerpo Pituitario o Hipófisis es muy importante para la vida del hombre y su desarrollo, aparece en el feto en la cuarta semana de gestación.

Podemos seguir el desarrollo del cuerpo humano a través de todos los grados de su formación desde el principio hasta el actual mecanismo de desarrollo de la vida fetal; primero lo vemos como una minúscula mota de materia gelatinosa, atraída hacia otra mota de vibración opuesta. Éstas son positivas y negativas. Seguimos al embrión en su desarrollo hasta que asume la forma de un saco que es la primera que toma como se ha descrito en el capítulo anterior: la forma globular, gelatinosa de la Época Polar. Este minúsculo saco embrionario tiene dentro de sí todas las potencialidades del actual cuerpo perfeccionado, con sus dos polaridades: la positiva y la negativa, masculina y femenina, la Glándula Pineal y el Cuerpo Pituitario. Seguimos este embrión humano a través de sus transformaciones y su desarrollo el cual, en el caso del hombre prehistórico atraviesa el estado mineral, el vegetal, el del reptil con su cola prominente que desaparece a la novena semana. Seguimos por este estadio animal con sus facciones similares a la de un perro, con una sola mancha que se convertirá más adelante en los ojos, oídos, etc. En cierto estadio de su desarrollo, la Glándula Pineal se prolonga fuera del saco, entonces la pequeña forma atraviesa la etapa hermafrodita como en la Época Hiperbórea donde no se exteriorizaba ninguna diferenciación de sexos. De esta forma podemos seguir la evolución del cuerpo humano por los cambios en el crecimiento prenatal del niño en el vientre materno.

Augusta Foss de Heindel
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DOS GLÁNDULAS ENDOCRINAS - en you tube -


DOS GLÁNDULAS ENDOCRINAS

en you tube, desde aquí
https://www.youtube.com/watch?v=sx7q7vhfmBU&feature=youtu.be

La Glándula Pineal y el Cuerpo Pituitario son dos órganos que no han experimentado grandes cambios en su actual estado de desarrollo.

Estos dos órganos estaban presentes en el cuerpo de forma de bolsa durante la Época Polar. Similar a la yema que tiene tanto el estambre como el pistilo de forma ovoide, la Glándula Pineal y el Cuerpo Pituitario son el núcleo de las fuerzas positivas y negativas por medio de las cuales nuestro cuerpo físico crece.

Estos órganos minúsculos eran más grandes en el hombre primitivo que en el actual, y a través de ellos las Jerarquías Creadoras que la filosofía rosacruz denomina Señores de la Forma, fueron capaces de preparar al Ego para construir su cuerpo y llevarlo al su actual estado de perfección.

Augusta Foss de Heindel
ASTROLOGÍA Y GLÁNDULAS ENDOCRINAS
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El Cuerpo Pituitario - en you tube -


El Cuerpo Pituitario fue así llamado por la ciencia médica, pues inicialmente se creía que la pituita o mucus de la nariz provenía de este cuerpo. Está idea, sin embargo, se ha desechado y aunque la ciencia médica afirme que las verdaderas funciones del Cuerpo Pituitario son solo especulativas, hace pocos años recién se ha llegado a la conclusión que no son meramente especulativas. Esta glándula se ubica en una depresión con forma de silla de montar del hueso esfenoides, entre los ojos y directamente detrás de la raíz la nariz y en la juntura de dos nervios ópticos. Es imposible precisar su tamaño pues varía con la edad, el temperamento y la personalidad del individuo.

Gray lo describe como el lugar de confluencia en la vida del embrión primitivo del hipoblasto, que es la capa interior, el epiblasto, la capa externa que luego evoluciona en el sistema nervioso y la piel, y el mesoblasto que es la capa intermedia. En el interior de estas tres capas se hallan todos los órganos germinales del cuerpo en formación. Por lo tanto, el Cuerpo Pituitario está asociado con la evolución pasada, presente y futura, pues desde estas tres capas primitivas del embrión, el cuerpo con sus sentidos, el cerebro, el sistema nervioso, y los órganos vitales se desarrolla, y el Cuerpo Pituitario es la estación central de la que se controla el crecimiento Mas la Glándula Pineal es el verdadero poder detrás de ésta, de cuya constitución hablaremos más tarde.

La Pituitaria es un pequeño cuerpo oval, que consta de dos lóbulos, el anterior o porción glandular, y el posterior o porción nerviosa, cada uno con funciones independientes, incluso difieren en su color. El lóbulo anterior es una sustancia amarillento-grisácea mezclado con rosa, mientras que el lóbulo posterior es más oscuro. La ciencia médica ha hecho en los últimos años valiosas investigaciones, afirma que el Cuerpo Pituitario es menor en el hombre que en la mujer y que su tamaño crece rápidamente entre el nacimiento y la pubertad, que el lóbulo anterior tiene control sobre la estructura ósea del esqueleto, mientras que el lóbulo posterior rige la circulación y los fluidos del cuerpo. Este último regula la asimilación de los carbohidratos y de otros alimentos, las secreciones renales, el calor corporal, etc.

Uno de nuestros estudiantes que es doctor, señaló en una carta a la escritora que él no pensaba dejar el consultorio para atender un caso obstétrico sin contar para este caso de un extracto pituitario, que usado en el momento adecuado, reduce el trabajo de parto de una a cuatro horas. Sin embargo, este extracto en manos inapropiadas es un arma de doble filo.

La Glándula Pituitaria está directamente conectada y rige la envoltura exterior del cerebro y la espina dorsal, la dura mater. Cubre el cerebro y la espina medular protegiéndolos contra impactos externos y también alimentando los vasos sanguíneos y los nervios.

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